Informe 2018 del Observatorio Proyecto Hombre

“En el ámbito de las adicciones en España, el mayor problema de salud pública es el alcohol”

Alcohol y cocaína son las principales sustancias por las que se demanda tratamiento en Proyecto Hombre. Es el principal dato que se extrae del último Informe 2018 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento, presentado hoy en CaixaForum de Madrid. Según se observa en este sexto estudio de Proyecto Hombre, el alcohol reduce de manera lenta pero progresiva su proporción en el conjunto de personas atendidas, mientras que la cocaína muestra una tendencia ligeramente creciente, acercándose cada vez más al registro del alcohol.

El presidente de la Asociación Proyecto Hombre, Luis Bononato, incide en que “en el ámbito de las adicciones en España, el mayor problema de salud pública es el alcohol. Esto se debe a la normalización de su consumo en la sociedad”En cuanto a la sustancia princi­pal de consumo, la demanda de tratamiento más elevada corresponde al alcohol en su conjunto (solo o asociado a otras sustancias), con un 37,3%, seguida con una diferencia muy poco significativa de la cocaína, con un 34,9%. Por último, se encuentra el cannabis, con un 8,9%. A lo largo de la vida, casi el 90% de la población atendida manifiesta consumos regulares y/o problemáticos de alcohol, es decir, que es una sustancia que generalmente acompaña a otras adicciones.

El alcohol es también la sustancia cuyo consumo problemático se detecta a edades más tempranas (entre los 15 y los 16 años). A pesar de que el alcohol es la sustancia cuyo consumo se inicia a edades más tempranas, es la sustancia por la que se demanda tratamiento a edades más avanzadas, a partir de los 40 años de edad media, y por tanto con más tiempo de consumo (29,6 años).


Perfil de la persona con adicción: hombre de 38 años, con empleo y pareja

El perfil de la persona que acude a tratamiento en Proyecto Hombre responde, mayoritariamente, al de hombre de unos 38 años, que vive en pareja y cuenta con empleo.

Entre las personas que acuden a Proyecto Hombre, la mayor diferencia que se detecta por sexo se re­fiere a las familias monoparentales, dándose un 13% de mujeres con hijos a cargo frente al 1% de hombres. Esta situación puede ser una de las razones de la me­nor accesibilidad de las mujeres a tratamiento y redunda en la existencia de características diferenciales de género y en cómo las mujeres presentan una mayor vulnerabilidad ante el riesgo de exclusión social y cuen­tan con menos apoyos de redes familiares y sociales. En cuanto a los índices de conflictividad en la convivencia, predominan los sufridos en pareja (65,1%).

En el ámbito educativo, los bajos niveles formativos si­guen siendo una constante entre la población atendida en Proyecto Hombre. Así, un 52,1% dispondría de un gra­do académico inferior a la secundaria, correspondiendo un 30,2% al nivel de primaria y un 21,9% a personas sin estudios. Este dato vendría a subrayar la necesidad de formación de las personas en tratamiento. Ahora bien, los problemas de adicción alcanzan también a todos los niveles académicos, como atestigua el 38,9% de perso­nas que han finalizado la enseñanza secundaria y estu­dios medios, y el 9% con estudios universitarios.

Esto conduce a una menor capacidad de cualifica­ción profesional y a una mayor ocupación en sectores y actividades más intensivos en mano de obra. Entre quie­nes han trabajado, es mayoritario el personal que ocupa puestos sin formación, con un 68,1%.

Por lo que respecta a la situación laboral, predomi­na un perfil normalizado: el 76,4% de las personas que acuden a tratamiento habrían estado ocupadas la mayor parte del tiempo en los últimos tres años. De estas, el 60,6% a tiempo completo. Sin embargo, esta situación cambia radicalmente cuando se circunscribe al momento anterior al ingreso. En los 30 días previos a su entrada a Proyecto Hombre, solo un 41,5% tendría en el empleo su principal fuente de ingresos.

Por otra parte, se constata una elevada comorbilidad de la adicción y otros problemas psicológicos y emocionales entre las personas que acuden a tratamiento: más de la mitad de la población atendida toma medicación psiquiátrica, hasta un 67,2% ha sufrido ansiedad severa, un 54,7% ha padecido depresión seve­ra y casi un 40% ha tenido ideación suicida.

En este aspecto de salud mental se observan diferencias entre géneros: las mujeres presentan porcentualmente una mayor incidencia de problemas emocionales y psicológicos (70,9% mujeres; 47,8% hombres), depresión severa (69,5% mujeres; 52,1% hombres), ideación suicida severa (53,8% mujeres; 31,7% hombres) e intentos de suicidio (36,7% mujeres; 20,4% hombres). “Sin embargo, siguen llegando a tratamiento por problemas con las drogas muchas menos mujeres que hombres (14,6% frente a un 85,4%).

Más prevención y corresponsabilidad social

Proyecto Hombre, además de ofrecer respuestas y tratamiento a problemas de adicción, insta a la sociedad a incrementar las medidas de prevención en el consumo de alcohol y otras drogas. Elena Presencio, directora de la Asociación Proyecto Hombre, concluye que “la normalización del consumo de alcohol es una realidad y, ante ello, todos los agentes sociales deben ser corresponsables en la implementación de medidas de prevención en este tipo de consumos”.

Desde 1984, Proyecto Hombre acompaña a miles de personas y sus familias en el tratamiento y rehabilitación y reinserción socio laboral con el objetivo de recuperar sus vidas. También trabaja en la prevención y sensibilización en distintos ámbitos de la sociedad, habiendo llegado a más de un millón de personas. Presencio añade que “Proyecto Hombre ha sabido adaptarse a los cambios sociales, comenzando en los años 80 con el tratamiento de heroína pasando a las actuales adicciones al alcohol, cocaína o cannabis, así como otras sin sustancia”.

Proyecto Hombre aborda las adicciones a través de un método biopsicosocial que persigue la maduración y el crecimiento de la persona. Su metodología integra elementos clave en la psicología humanista: la adicción es el síntoma de un problema que reside en la persona.

 

En la presentación han participado Elena Presencio, directora general de la Asociación Proyecto Hombre; Jesús Mullor, presidente de la Comisión de Evaluación de Proyecto Hombre; Luis Bononato, presidente de la Asociación Proyecto Hombre; Mª Ángeles Fernández, experta de la Comisión de Evaluación de Proyecto Hombre; y Mª Ángeles Fernández, experta de la Comisión de Evaluación de Proyecto Hombre. El estudio ha sido financiado por el Plan Nacional sobre Drogas y por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social, con la colaboración de La Caixa.

Accede al informe completo aquíInforme Observatorio 2018 Proyecto Hombre_Web

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